Barcos pesqueros chinos en aguas sudamericanas generan interrogantes y temores
Todos los países con flotas pesqueras de aguas distantes están involucrados, en mayor o menor grado, en pesca ilegal, pero la diferencia está en que China cuenta con la flota más grande de ese tipo a nivel mundial. Por ello, no es de extrañar que la reciente presencia de embarcaciones chinas frente a las costas sudamericanas alarmó a las autoridades ambientales de la región.

En los últimos meses de 2020 se dispararon las alarmas en las Islas Galápagos y gran parte del litoral del Océano Pacífico de Sudamérica, provocadas por la presencia de cientos de embarcaciones pesqueras, la mayoría de ellas chinas, bordeando sus aguas soberanas. La presencia de los barcos se convirtió en un gran dolor de cabeza diplomático para varios países de América Latina, ya que los barcos forman parte de las flotas de pesca de aguas distantes (DWF por sus siglas en inglés), un grupo de embarcaciones que pescan en alta mar en aguas que, generalmente, no pertenecen a ningún país, pero que a menudo están próximas a zonas económicas exclusivas (ZEE).
En noviembre pasado, los gobiernos de Chile, Ecuador, Perú y Colombia, todos miembros de la Comisión Permanente para el Pacífico Sur -organización marítima que coordina las políticas marítimas regionales- expresaron su profunda preocupación por las actividades de pesca ilegales, no declaradas y no reglamentadas (IUU, por sus siglas en inglés), y con la presencia de “una gran flota de embarcaciones de pabellón extranjero” (los buques chinos no fueron específicamente señalados). Para abordar este problema, las medidas propuestas por Ecuador fueron escuchadas ante la Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur (SPRFMO, por sus siglas en inglés), cuya convención se aplica en alta mar en el Pacífico Sur. Esta es una organización intergubernamental de 15 miembros -Australia, Chile, China, Islas Cook, Cuba, Ecuador, la Unión Europea, Dinamarca, Islas Feroe, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Perú, Rusia, Taiwán y Estados Unidos- con intereses en la industria pesquera o en los recursos marinos de la zona.
En la reunión anual de la SPRFMO, realizada entre el 21 de enero y el 3 de febrero, los delegados de Ecuador propusieron enmiendas a resoluciones para prohibir la práctica del transbordo -en que barcos se reabastecen y mueven su carga en alta mar a buques más grandes-, para restringir el desembarco de capturas a puertos autorizados, y aumentar el número de observadores a bordo las flotas de pesca de aguas distantes. Según el sitio web de la SPRFMO, la propuesta fue aceptada.
Primero las Galápagos, y luego hacia el sur
La presencia de barcos chinos se detectó por primera vez frente a las costas de Ecuador en junio de 2020. Un mes después la situación se complicó, luego que el gobierno ecuatoriano confirmara que una flota pesquera extranjera de aproximadamente 260 embarcaciones estaba estacionada al borde de la ZEE alrededor de las Islas Galápagos. Esa no fue la primera vez: en agosto de 2017, la Armada ecuatoriana detuvo a un barco chino con 300 toneladas de pescado capturadas ilegalmente en las Galápagos, incluidas especies en peligro de extinción, como tiburones martillo y tiburones sedosos.
En respuesta a la creciente preocupación pública, el presidente ecuatoriano Lenin Moreno anunció la formación de un equipo de ex autoridades políticas, a las que se encargó una “estrategia de protección” de las Galápagos y los recursos marítimos de Ecuador. Uno de los miembros del equipo, la ex ministra de medio ambiente y ex presidenta del Fondo Mundial para la Naturaleza, Yolanda Kakabadse, declaró en una entrevista que la mayoría de los barcos que navegaban por las Galápagos eran chinos.
“Debido a que son aguas internacionales, no tenemos capacidad para prohibirlas y bloquear su entrada”, dijo Kakabadse. “[Mi expectativa] es tener a China como socio conservacionista en el corredor Galápagos-Cocos. ¿Y por qué tengo esta expectativa? Porque el pueblo y el gobierno chinos también son estratégicos para proteger su imagen”, agregó la ex ministra, apuntando a que China será la sede la próxima Convención sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas durante este año.
Además de establecer un “equipo de protección”, el gobierno de Ecuador se reunió virtualmente en 2020 con las autoridades chinas para discutir las actividades de la flota de pesca de aguas distantes, primero en agosto y nuevamente en diciembre. Los representantes chinos de la Oficina de Pesca del Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Asociación de Pesca de Ultramar de China reiteraron la voluntad de su país de seguir controlando sus embarcaciones y garantizar que no se involucren en actividades de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.
En tanto, el entonces secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, acusó a los barcos chinos cerca de las Islas Galápagos de violar con frecuencia los derechos soberanos, la jurisdicción de los estados costeros y de pescar especies protegidas y en peligro de extinción sin permiso. La declaración fue respondida inmediatamente por la embajada de China en Ecuador, que rechazó las acusaciones de Pompeo y recordó que Estados Unidos no ha ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Por su parte, el periódico nacionalista chino Global Times escribió: “A medida que China se ha vuelto más poderosa en el océano, las operaciones de pesca legales normales del país se han convertido cada vez más en un peón que Estados Unidos utiliza para sembrar discordia e incitar conflictos con los países vecinos”.
El ministro de Defensa ecuatoriano, Oswaldo Jarrín, informó en enero pasado que imágenes satelitales detectaron, una vez más, embarcaciones chinas en las cercanías de la ZEE del área de reserva marina del archipiélago de las Galápagos. El presunto objetivo de la flota pesquera no sería el calamar gigante, como lo fue durante 2020, sino otras apetecidas especies, como atunes y tiburones.
Mientras se desarrollaba la saga pesquera ecuatoriana en septiembre pasado, los barcos chinos se movían al sur hacia las aguas de las costas de Perú, lo que llevó al gobierno y a la marina peruanos a declarar públicamente que estaban vigilando los movimientos de los barcos. También en septiembre, la organización internacional sin fines de lucro Global Fishing Watch, advirtió que cerca de 400 embarcaciones industriales extranjeras -con banderas de China, Corea del Sur y Taiwán- estaban al borde de la ZEE de Perú pescando calamar gigante, que después de la anchoa es el producto pesquero más importante de Perú.
Nuevamente, como lo había hecho anteriormente, Washington encendió la alarma sobre la flotilla china. En respuesta, las autoridades peruanas llamaron a Estados Unidos a medir sus palabras y evitar difundir “inexactitudes inconvenientes“.
Más al sur, Chile, con más de 4.000 kilómetros de costa y una rica zona de pesca, era otro país preocupado por la cercanía de los barcos chinos. Tanto así, que en medio de una ceremonia para conmemorar el 50 aniversario de las relaciones diplomáticas entre Chile y China, el Ministro de Relaciones Exteriores chileno declaró que su país estaba “monitoreando la situación” para que no hubiera ingreso a sus aguas jurisdiccionales.
Hasta ahora, sin embargo, el país que ha tomado una postura más firme contra la pesca china ha sido Argentina. En marzo de 2016, la Armada Argentina hundió un barco pesquero chino que ingresó a su ZEE y pescó calamares ilegalmente. En abril pasado, un barco chino encontrado pescando ilegalmente dentro de la ZEE argentina pagó una multa de alrededor de US$400.000, más otros US$247.000 por la mercancía que tenía a bordo. Un mes después, la Armada Argentina detuvo dos barcos chinos y un buque portugués dentro de su ZEE. Según las autoridades argentinas, en enero de 2021 ya había más de 100 barcos en el Golfo San Jorge, en aguas afuera de la ZEE de Argentina, y se esperaba que llegaran más barcos a esa zona, la mayoría de ellos con bandera china, pero también surcoreanos, españoles, y barcos portugueses.
La alarma sobre las flotas chinas en particular ha llegado a los medios de comunicación nacionales en América Latina y es seguida de cerca por funcionarios del gobierno.
La flota china
Según un informe de junio de 2020 del grupo de investigación Overseas Development Institute (ODI) con sede en el Reino Unido, la flota pesquera de aguas distantes de China es la más grande del mundo. Comprende cerca de 17.000 buques, con unos 1.000 registrados en otros países. El informe indica que durante 2017 y 2018, el área más frecuentada por los barcos chinos fue el noroeste del Pacífico, pero que las actividades más intensas se concentraron en el suroeste del Atlántico y sureste del Pacífico, especialmente frente a las costas de Perú, en áreas abundantes en calamar.
La Dra. Dyhia Belhabib, investigadora principal de pesquerías de la ONG Ecotrust Canada, afirma que las empresas pesqueras chinas son una mezcla de empresas conjuntas de propiedad estatal, privada y público-privada. Como explicó durante una entrevista con el Comité Nacional de Relaciones entre Estados Unidos y China (NCUSCR, siglas en inglés), en el caso de la Corporación Nacional de Pesca de China, que tiene la mayor flota pesquera china de aguas distantes, el estado posee alrededor del 50% de esa empresa.
La flota de pesca de agua distante de China es probablemente la más grande del mundo, pero como explica Tabitha Mallory, fundadora y directora ejecutiva del China Ocean Institute, ello es sólo algo reciente. En declaraciones a NCUSCR, Mallory dijo: “Cuando existía la Unión Soviética, ellos tenían la más grande. Desde entonces, Rusia ha disminuido su industria, pero la está aumentando nuevamente”, y agregó que Japón sigue siendo un gran jugador, con Taiwán, Corea del Sur y España desempeñando un papel importante en la industria pesquera de alta mar.
Curiosamente, mientras China vende la captura de su flota a mercados más desarrollados como la Unión Europea, Japón o Estados Unidos, Mallory indica que en la actualidad los barcos chinos están enviando mucho más de su captura a su mercado interno. “Han comenzado a construir una industria minorista en China para comercializar esos productos del mar, y también están importando mucho más debido a un aumento en los consumidores con ingresos más discrecionales y preocupaciones sobre la seguridad alimentaria local”.
Problema global y respuesta local
Según un informe publicado en 2018 por la revista Science Advances, sin los subsidios estatales para el mantenimiento de flotas pesqueras de aguas distantes, “la pesca en alta mar a escala global que actualmente presenciamos sería poco probable”. El reporte detalla que “las mayores subvenciones las proporcionan Japón (US$841 millones) y España (US$603 millones), seguidas de China (US$418 millones)”, con actores de cinco países -China, España, Taiwán, Japón y Corea del sur- contribuyendo con más del 85% de la pesca en alta mar.
Después de que las conversaciones se estancaron repetidamente durante 2020, los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) reiniciaron las negociaciones en enero pasado para terminar con los dañinos subsidios a la pesca. Otro tema clave en la discusión ha sido el establecimiento de exenciones para las naciones en vías de desarrollo, un punto relevante debido a que China afirma aún ser una nación en desarrollo, incluso cuando actualmente es la segunda economía más grande del mundo.
Estas negociaciones se producen a raíz de un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que estima que la pesca IUU equivale a una séptima parte del pescado comercializado en el mundo, lo que representa hasta 26 millones de toneladas de pescado capturado anualmente, valorado en entre US$ 10.000 millones y US$ 23.000 millones. Según un informe de la FAO de 2020, la fracción de las poblaciones de peces dentro de niveles biológicamente sostenibles ha disminuido de un 90% en 1974 a 65,8% en 2017.
Un problema importante para los países que enfrentan la pesca IUU es que es imposible rastrear el origen del pescado, o que implica el desconocer si se obtuvo de un área legal o utilizando mano de obra abusada. “La subnotificación es un problema importante, y no solo para la flota china, sino para todas las flotas de aguas distantes que conozco, incluida la Unión Europea”, dijo Belhabib. La investigadora advierte que China reporta alrededor del 10% de sus capturas, pero que al mismo tiempo, la flota de la UE reporta solo el 30%.
Las operaciones de pesca en aguas distantes afectan a comunidades locales que dependen de esos recursos, lo que puede resultar en una reducción de sus ingresos, la pérdida de puestos de trabajo en la costa y más posibilidades de conflictos, debido a las respuestas desesperadas de los pescadores y pescadoras. Belhabib dice que su investigación ha encontrado que los pescadores costeros, especialmente en América Latina, tienen más probabilidades de participar en actividades ilícitas, desde el tráfico de drogas hasta la pesca ilegal, cuando sus medios de sustento se ven amenazados.
Naturalmente, este no es un fenómeno exclusivamente latinoamericano. Mark Godfrey, editor colaborador del sitio web de noticias de la industria pesquera, Seafood Sources, declaró en una entrevista con China Africa Project: “La pesca es una industria muy compleja y, a menudo, muy sucia, y hay toda una red de empresas que sirven de fachada”. Godfrey también afirma que las empresas pesqueras chinas utilizan el mismo mecanismo. “Muchas corporaciones chinas, incluidas las pesqueras, operan desde un barco nodriza en las Islas Vírgenes Británicas”.
Ya sea en América Latina, África o Asia, existe una compleja interconexión de intereses internacionales, públicos y privados, con efectos territoriales, socioeconómicos y ambientales que dependen de las acciones de múltiples países. Sea como fuere, dado que China tiene la mayor flota pesquera de aguas distantes del mundo, Beijing estará bajo un mayor escrutinio. Y si las autoridades chinas y su industria pesquera no mejoran la transparencia de sus empresas, seguirá enfrentando hostilidades en alta mar.
LAS SEIS FLOTAS PESQUERAS CHINAS MÁS GRANDES EN AGUAS DISTANTES
- China National Fisheries Corp. (CNFC) / Zhong Yu Global Seafood Corp. / 中国水产总公司 / 中渔环球海洋 食品有限责任公司 / Ubicación: Beijing; 257 barcos.
- Poly Group Corp. / Poly Technologies Inc. / Fuzhou Hong Dong Yuan Yang Pelagic Fishery Co. Ltd / 宏东渔业股份有限 公司 / 福州宏东远洋渔业有限公司 / Ubicación: Beijing; 128 barcos.
- Fujian Province Pingtan County Heng Li Fishery Co. Ltd / 福建省平潭县恒利 渔业有限公司 / Ubicación: Fuzhou, Fujian; 86 barcos.
- Dalian Chang Hai Yuan Yang Pelagic Fishery Co. Ltd / Dalian Chang Hai Ocean Going Fisheries Co. Ltd / 大连长海远 洋渔业有限公司 / Ubicación: Zhong Shan, Dalian; 76 barcos.
- Rongcheng Rong Yuan Fishery Co. Ltd / 荣成市荣远渔业有限公司 / Ubicación: Shandong; 68 barcos.
- China National Fisheries Yantai Marine Fisheries Corp. / Yantai Marine Fisheries Co. Ltd / 烟台海洋渔业有限公司 / 中国水产烟台海洋渔业公司 / Ubicación: Shandong; 66 barcos.
Fuente: Reporte ODI, basado en FishSpektrum (2018).