#MeToo en China: tribunal desestima emblemático caso de acoso sexual contra presentador de TV

Un tribunal de Beijing rechazó la demanda por acoso sexual de más alto perfil de los últimos años en ese país, en que una ex becaria demandó a su entonces jefe, un famoso presentador de la televisión estatal.

High profile Chinese #metoo case goes to court for another hearing, in Beijing
Zhou Xiaoxuan hizo declaraciones al llegar al tribunal en Beijing, en relación a su demanda por acoso sexual contra su ex jefe (Tingshu Wang / Reuters).

Artículo original escrito por Jiayun Feng / 15 de septiembre, 2021.

En un gran golpe para el asediado, pero resistente, movimiento #MeToo en China, un tribunal de Beijing desestimó una demanda presentada por Zhōu Xiǎoxuán 周晓璇, cuyas acusaciones de acoso sexual contra el famoso presentador de televisión Zhū Jūn 朱军 atrajeron la atención nacional desde 2018. Al mismo tiempo, el caso ha generado una mayor conciencia sobre conductas inapropiadas en el espacio de trabajo.

En un fallo (en chino) emitido a última hora la noche del martes 14 de septiembre, el Tribunal Popular del Distrito de Haidian señaló que había desestimado el caso de Zhou, porque no habría cumplido con reunir las pruebas necesarias para respaldar su acusación de que Zhu la acosó sexualmente, ello durante una práctica profesional en la cadena de televisión estatal CCTV.

“Durante el juicio, la demandante y el acusado presentaron y examinaron la evidencia, y llevaron a cabo un debate judicial completo sobre los puntos clave de sus argumentos”, indicó el comunicado. “El tribunal concluyó que las pruebas presentadas por la demandante Zhou no eran suficientes para respaldar su afirmación de que Zhu la acosó sexualmente y, por lo tanto, decidió rechazar su demanda”.

En el verano de 2018, inspirada por el coraje de las mujeres que acusaron al productor de cine Harvey Weinstein y que dio inicio al movimiento global #MeToo, Zhou, también conocida por su alias de Xiánzǐ 弦子, utilizó las redes sociales para compartir relatos de un presunto incidente durante su pasantía en CCTV en 2014. En un ensayo de 3.000 palabras, la mujer (de entonces 25 años) afirmó que mientras trabajaba en el programa de entrevistas de celebridades de Zhu, Art Life艺术人生, el conductor de televisión la manoseó y besó a la fuerza en un camerino.

A pesar de la rápida censura, la publicación de Zhou se volvió viral rápidamente y recibió una gran cantidad de apoyo en las redes sociales. Zhu ha negado sistemáticamente las acusaciones a través de sus abogados y respondió demandando a Zhou por dañar su “reputación y bienestar mental”, exigiendo en compensación 655.000 yuanes (US$ 101.000). Más tarde, la ex practicante reaccionó pidiendo una disculpa pública de Zhu y 50.000 yuanes (US$ 7.780) en daños.

Mientras libraba su batalla legal, Zhou también aprovechó la atención pública para hablar abiertamente los problemas que las mujeres de su país enfrentan, y ayudar a que mujeres abusadas pidieran justicia. Como símbolo del incipiente movimiento #MeToo de China, la experiencia de Zhou llevó a muchas mujeres locales a compartir sus experiencias de acoso y agresión sexual en los últimos años, provocando un cambio radical en la perspectiva cultural del país con respecto a la conducta sexual inapropiada, la dinámica de poder y la fuerza de las palabras de las mujeres.

La primera audiencia del caso de Zhou se llevó a cabo a puertas cerradas en diciembre de 2020. Aunque no se presentó al evento, el rostro de televisión abordó personalmente la controversia después de la audiencia, declarando rotundamente en una entrevista que nunca tuvo “contacto físico” con Zhou, y que fue víctima de “difamación”.

En mayo pasado, sin dar una explicación, el tribunal canceló abruptamente la segunda audiencia el día en que se realizaría. El tribunal también había rechazado la solicitud de Zhou de adoptar una nueva acción legal en su caso, una que citaba específicamente el acoso sexual en virtud del Código Civil recientemente aprobado por China. En cambio, se apegó a la denuncia original de Zhou, que se presentó como una disputa sobre “derechos de la personalidad”, un término amplio según la ley china que se refiere a los derechos a la vida, el cuerpo, la salud y otros derechos de los que disfrutan los sujetos civiles.

En declaraciones a un pequeño grupo de simpatizantes después de la conclusión de la audiencia del martes, Zhou, entre lágrimas, dijo que estaba “exhausta” por la prolongada experiencia y “decepcionada” por el veredicto, según Laurie Chen, corresponsal de la AFP en China. “He hecho todo lo que he podido. Sabía que esta sería la última audiencia, pero nunca imaginé que saldría así”, señaló, y agregó que estaba agradecida por todo el apoyo en las redes sociales, que describió como “una fuente vital de solidaridad” que la ayudó durante los tres años anteriores.

Sin embargo, más tarde en una declaración (en chino) en su cuenta de WeChat,  Zhou escribió que su equipo presentaría una apelación. El tribunal, dijo, la trató injustamente durante todo el procedimiento, como al bloquear sus repetidos esfuerzos para recuperar pruebas de imágenes de video e involucrar a un psicólogo. “No hay vergüenza en el fracaso. Me siento honrada de haber estado con todos en los últimos tres años”, escribió. “No fue un asunto fácil, sino un viaje extremadamente arduo y glorioso”.

Los comentarios que apoyaban a Zhou o que criticaban el fallo fueron eliminados de los sitios de redes sociales como Weibo y Douban. Mientras que los medios de comunicación ignoraron en gran medida la noticia, y solo unas pocas publicaciones informaron sobre el resultado de la demanda de Zhou, y censuraron fuertemente los comentarios (en chino) en sus artículos.