Comercio electrónico rural en China: los agricultores encuentran nuevas formas de crecer
Las empresas chinas de e-commerce están cambiando la vida de los pequeños agricultores y sus ventas a los consumidores urbanos locales. El uso de tecnología digital está impulsando una nueva revolución rural.
Moviéndose desde el centro de Beijing hacia el norte de la capital, los edificios de vidrio y las grandes autopistas dan paso a deterioradas estructuras de ladrillos y carreteras polvorientas. Rodeada de montañas, se encuentra la granja orgánica Everyday People Farms (平人农场 píng rén nóngchǎng), que vende berenjenas, pimientos, tomates, papas y repollos.
El propietario, Zhào Fēi 赵飞, cuenta que sus ganancias han aumentado significativamente en los últimos años. ¿Qué ha impulsado su crecimiento? Además de su tienda física, Zhao ahora cuenta con un puesto virtual en WeChat store, un mercado dentro de la aplicación más popular de China, propiedad de la gigante Tencent, donde los agricultores pueden convertirse en empresarios.
Zhao no está solo. Miles de agricultores chinos han comenzado a vender sus productos en línea, particularmente después del inicio de la pandemia del COVID-19.
En el primer trimestre de 2020, Pinduoduo, una de las firmas de comercio electrónico más grande de China, registró más de mil millones de pedidos de productos agrícolas en su plataforma, equivalente a un aumento interanual de un 184%. En 2019, la misma compañía vendió productos agrícolas por un valor de 136.400 millones de renminbi (RMB), aproximadamente US$ 20.800 millones. En la actualidad, más de medio millón de cuentas venden productos agrícolas utilizando esa empresa, la que está redoblando sus esfuerzos para dominar el segmento agricultor-a-consumidor.
“La agricultura es uno de los sellos distintivos de nuestra plataforma”, dijo David Liu, vicepresidente de estrategia de Pinduoduo. Sin embargo, otras plataformas de e-commerce están aumentando la competencia. La mayoría de las compañías chinas de comercio electrónico han establecido unidades para conectar directamente a los agricultores con los clientes. Para 2022 Alibaba espera vender RMB 400.000 millones (US$ 61.000 millones) en productos agrícolas en su plataforma, y WeChat ha contactado a granjeros como Zhao Fei para convencerlos de que establezcan tiendas virtuales utilizando su app.
Agricultores chinos y barreras institucionales
Durante varios años el comercio electrónico ha jugado un poderoso rol en el comercio minorista chino, pero solo recientemente empresas como Pinduoduo, WeChat y Alibaba han comenzado a tener un efecto en la agricultura local, uno de los sectores menos innovadores de la economía de China.
Hace una década, la mayoría de los agricultores tenían escasas opciones para ofrecer sus productos. Podían venderlos a bajo precio en los mercados rurales cercanos, o vender a las principales empresas agrícolas y otros intermediarios, quienes a su vez luego vendían los productos a consumidores ricos en áreas urbanas. Un artículo que se vende por tan solo 2 o 3 RMB (menos de 50 centavos de dólar) en un mercado local podría alcanzar los 20 RMB (casi tres dólares) en una gran ciudad. Sin embargo, al utilizar intermediarios los agricultores perderían una parte significativa de estas ganancias.
A mediados de la década de 1980, la agricultura china se estancó, incluso mientras el sector experimentaba una revolución tecnológica en el resto del mundo para producir más alimentos con menos horas de trabajo.
En las economías desarrolladas, los granjeros que permanecen en áreas rurales se han vuelto significativamente más productivos con el uso de maquinaria. Por ejemplo, en el año 1800 en Estados Unidos el 73,7% de la fuerza laboral del país estaba en la agricultura. Hoy, solo el 2.5% de la fuerza laboral estadounidense está en las granjas, incluso cuando el tamaño promedio de la granja ha crecido a 440 hectáreas.
Por el contrario, en China, alrededor del 35% de su fuerza laboral todavía se dedica a la agricultura, y el tamaño promedio de las fincas es de 1,4 hectáreas. Los agricultores chinos también son generalmente cautelosos a la hora de invertir en tecnología, porque sus granjas son demasiado pequeñas para justificar la inversión. Cuando una granja invierte en un tractor, generalmente tiene menos de 12 caballos de fuerza (la mayoría de las cortadoras de césped en EE.UU. tienen entre 13 y 30 caballos de fuerza). Incluso hoy, en China aproximadamente el 28% del extenuante trabajo de arado se realiza a mano. Esto sería inimaginable en EE.UU, excepto por las pequeñas granjas recreativas.
Parte del problema en China es político. El sistema de residencia local o hukou –esencialmente un mecanismo de pasaporte interno que permite el acceso de su poseedor a beneficios sociales, como salud y educación, en un determinado espacio geográfico- asigna a cada persona nacida en un área rural un derecho de uso de la tierra, el cual garantiza que tendrá acceso a terrenos agrícolas cercanos a su lugar de nacimiento (este es un derecho de uso de la tierra y no de propiedad, ya que en China la propiedad solo puede ser colectiva).
Debido a que el gobierno divide la tierra de manera equitativa y los propietarios rurales de hukou tienen derecho a ella, ya sea que la usen o no, las parcelas agrícolas siguen siendo pequeñas y relativamente ineficientes. Dado que la tierra no puede ser considerada una propiedad, los agricultores no pueden pedir prestamos usando su tierra, lo que significa que es difícil desarrollar granjas grandes con economías de escala. Así, los agricultores que no pueden obtener préstamos tienen problemas para invertir en, por ejemplo, tractores.
El gobierno ha reconocido el problema, pero aún no ha encontrado una solución. En 2013, el presidente Xí Jìnpíng 习近平 hizo de la eliminación de la pobreza, particularmente la rural, una de las metas de su administración. Recientemente, Xi destacó la necesidad de utilizar más tecnología en la agricultura, incluso apareciendo en una transmisión en vivo de champiñones para una plataforma de e-commerce. Las granjas chinas han intentado innovar, pero los problemas fundamentales que frenan el negocio de la agricultura local han cambiado poco. Los ciudadanos chinos nacidos en áreas rurales todavía están vinculados a pequeñas parcelas agrícolas por su hukou.
El nuevo modelo de negocios
En estos días, los cambios impulsados por las aplicaciones están sucediendo tan rápido que es difícil hacer un seguimiento. Las transmisiones online en vivo ofrecen un ejemplo ilustrativo. En 2019, Taobao Live logro tras mucho esfuerzo que apenas 1.000 agricultores transmitieran en vivo sus actividades agrícolas. Pero el COVID-19 dio un impulsó inesperado a la plataforma, y para mayo de 2020, Taobao Live tenía 50.000 personas realizando transmisiones desde zonas rurales, y para fines de este año, la plataforma estima que ese número se cuadruplicará.
El punto de inflexión ocurrió el 6 de febrero, cuando en medio de la pandemia, la plataforma permitió a los agricultores transmitir en vivo de forma gratuita. Los granjeros respondieron vendiendo 15 millones de kilos de sus productos en tres días. En una finca de mangos en Sanya, en la isla de Hainan, el alcalde transmitió en vivo su visita a la finca como una forma de promover las ventas, la que finalmente vendió 30.000 kilos de fruta en dos minutos.
Para los consumidores urbanos, el ver a los agricultores cultivar y cosechar sus productos les permite sentir una conexión con lo que van a comer, y también asegurarse que lo comprado es genuino, un tema que preocupa cada vez más a los consumidores chinos.
Esta nueva revolución digital en la agricultura se hace eco de la innovación que floreció después de que Dèng Xiǎopíng 邓小平 abriera la economía del país a fines de la década de 1970. Los campesinos fueron los primeros en abandonar las cooperativas maoístas, transformándose de cierta forma en microempresarios privados. Entre 1978 y 1984, los ingresos de los hogares rurales aumentaron dos veces más rápido en las áreas rurales que en las urbanas.
En estos días, al eliminar a los intermediarios, las empresas de internet están haciendo que el sector de la agricultura china, y la conexión granja-consumidor-final sea aún más eficiente que en Estados Unidos.
Silicon Valley ha intentado esquemas similares, con empresas como CropSwap, que ayuda a granjeros locales a vender sus productos directamente a los hogares, mientras otros agricultores comercializan sus productos directamente a través de Facebook o Instagram. Pero estos esfuerzos son de una menor escala en comparación a lo que ocurre en las plataformas del gigante asiático.
“China está superando al resto del mundo en la integración del comercio electrónico y la agricultura”, señala la Carmen Leong, profesora titular de la Escuela de Negocios de la Universidad de Nueva Gales del Sur.
Los gigantes chinos de las redes sociales, como Alibaba y WeChat, ya han demostrado que pueden reemplazar a Silicon Valley, y esta vez en la agricultura podrían nuevamente superar a los titanes estadounidense.