La diplomacia pública de China en América Latina y el Caribe – Edición COVID-19

Beijing está entrenando a sus misiones diplomáticas en español, portugués y política local, dejándolos utilizar Twitter en el vecindario de Estados Unidos.

LAC diplomacy

Artículo escrito por Parsifal D’Sola / 16 de octubre, 2020.

El año 2020 será recordado como un punto de inflexión en la diplomacia pública de China. Los efectos de la pandemia del COVID-19, intensificados por un ya tenso entorno geopolítico, han servido para catapultar el alcance de los esfuerzos diplomáticos del gobierno chino.

Comenzando la década pasada bajo el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI por sus siglas en inglés), el gobierno chino ha mejorado notablemente su juego diplomático. De la mano de un incremento en el uso de redes sociales, la narrativa oficial china cada vez llega a un público más amplio con un mensaje más claro y sofisticado. Cabe destacar que dicha narrativa —ahora centrada en el manejo de la pandemia en China y sus donaciones a otros países— se ha adaptado específicamente para los países en vías de desarrollo. Estos esfuerzos moldearán el cómo China es percibida en el Sur Global, y no deben ser descartados como mera propaganda solo por ser impulsados desde el seno del Partido Comunista de China (PCCh). En ningún lugar es esto más evidente que en el caso de la diplomacia pública de China en América Latina y el Caribe (ALC).

Los funcionarios chinos están conscientes de la gran oportunidad que ALC representa para China. Es una región abundante en recursos naturales, con vastas tierras para la producción agrícola, un mercado de consumo con creciente poder adquisitivo y, en lo que respecta a infraestructura, está notoriamente subdesarrollada y en necesidad de financiamiento. También es la región con mayor número de potenciales “conversos” para reconocer oficialmente a la República Popular China (RPCh) —de los 15 países que tienen lazos oficiales con Taiwán, nueve están en ALC— y la región cuenta con una considerable reserva de políticos e intelectuales con opiniones antagonistas frente a Estados Unidos y la enorme influencia que ejerce sobre la zona. En medio de la pandemia, la narrativa formulada por los funcionarios chinos basados en ALC se ha enmarcado principalmente en torno a estas oportunidades.

Diplomáticos promueven capacidades chinas y donaciones en Twitter

El uso oficial de Twitter como herramienta de política exterior ejemplifica la nueva cara de la diplomacia China. Según un reciente estudio del Centro de Investigación Chino Latinoamericano de la Fundación Andrés Bello, organización que dirijo, el uso de Twitter por parte de entidades y funcionarios chinos basados en ALC se disparó a la par del brote global del COVID-19. De las 29 cuentas activas de Twitter de las misiones diplomáticas chinas en la región (embajadores, cónsules, embajadas y consulados), 11 fueron creadas en 2020. Lo que es más, la actividad de estas cuentas comenzó a aumentar sostenidamente en enero pasado, incrementando su actividad mensual conjunta de 863 tuits en diciembre de 2019 a 5.018 tuits en mayo de 2020. Este incremento es un claro ejemplo de los esfuerzos de Beijing por interactuar con una audiencia latinoamericana para contar su lado de la historia.

Amplificando las voces locales pro-China, atacando a EE.UU.

El tipo de contenido promovido por las cuentas de Twitter también es bastante revelador. Las tres categorías principales de hashtags más utilizadas representaron casi tres cuartas partes de todos los hashtags: menciones directas del COVID-19 (32%); el manejo de la pandemia por parte de China (27%); y llamados a la solidaridad y cooperación internacional (14%). Adicionalmente, las fuentes más retuiteadas son medios oficiales chinos: CGTN en Español (26%), Xinhua en Español (18%) y China Daily (17%).

A pesar de estos esfuerzos, no está claro que la campaña de Twitter esté funcionando. El mayor número de respuestas obtenidas corresponden a las propias cuentas oficiales (77,5%), lo que apunta a un bajo nivel de interacción con el público. Esto no es sorprendente, dada la constante determinación del gobierno chino por ofrecerle al público, tanto doméstico como internacional, una imagen regulada de China.

Como señala el estudio, se pueden discernir dos tipos de desarrollo de contenido, uno proactivo y otro reactivo. El primero busca promover a China de manera positiva, lo que incluye dar a conocer sus donaciones, destacar su cooperación con la Organización Mundial de la Salud (OMS), subrayar la importancia de la cooperación internacional y explicar el manejo de la pandemia en China. El segundo es defensivo y trata de contrarrestar las imágenes externas negativas sobre China y el PCCh, lo que incluye temas como la ley de seguridad nacional de Hong Kong, los campos de internamiento de uigures en Xinjiang y las disputas de China con otros países en el Mar del Sur de China.

Otro hallazgo interesante: las cuentas de Twitter buscan apoyar y amplificar las voces de funcionarios y entidades gubernamentales locales con opiniones favorables sobre Beijing. Más del 35% de las cuentas más mencionadas pertenecen a presidentes, primeros ministros, ministros, parlamentarios, además de otros funcionarios y entidades gubernamentales de ALC. Durante el período de estudio, las menciones generalmente estuvieron relacionadas con funcionarios locales agradeciéndole a China, a una empresa china o a una ciudad socia en China por las donaciones y su apoyo en la lucha contra la pandemia.

En cuanto a los ataques contra EE.UU., en su mayoría procedieron de un pequeño grupo de cuentas, esencialmente las de los embajadores chinos en Granada, Surinam, Venezuela, y el Cónsul General en Santa Cruz, Bolivia. Estas cuentas resaltan por su tono agresivo, e incluso en muchos casos publicaron información falsa. La cuenta del embajador en Venezuela, Lǐ Bǎoróng 李宝荣, por ejemplo, constantemente publica desinformación sobre EE.UU., y retuitea el contenido antiestadounidense de las cuentas del dictador Nicolás Maduro y sus subordinados. Cabe mencionar que la cuenta del embajador Lǐ fue, por mucho, la más activa, con 6.859 tweets entre noviembre de 2019 y junio de 2020, seguida de la cuenta del embajador en Panamá, Wèi Qiáng 魏强, con 4.841, y la del embajador en la República Dominicana, Zhāng Rùn 张润, con 1.319.

Diplomáticos profesionalmente entrenados y propaganda que suena verdadera

Dejando a un lado las cuentas mencionadas anteriormente, la mayoría de las embestidas contra EE.UU. fueron más sutiles, inteligentes y adecuadas para un público local. En lugar de atacar directamente al gobierno estadounidense, al estilo “lobo guerrero”, es mucho más común que los tuits exploten las contradicciones de las políticas de Washington y de los medios de comunicación norteamericanos. Por ejemplo, hubo casos en que la emisora estatal china CGTN en Español citó dudosas afirmaciones de un presentador de noticias de Fox News, y las refutó citando investigaciones del New York Times o del Washington Post. Asimismo, dentro del mensaje de cooperación internacional, donde se abarcan temas como el apoyo a la OMS y a instituciones de ALC, se hacen constantes alusiones a “países que tratan de hacer las cosas de manera unilateral”, mientras que al mismo tiempo se promueve a China como un socio fiable y capaz en tiempos de crisis. Este discurso resuena ante un público latinoamericano, y no se puede negar el hecho de que el gobierno y las empresas chinas han contribuido significativamente a la región con sus donaciones. Sumado a ello, los diplomáticos chinos han hecho una gran labor en dar a conocer públicamente sus contribuciones.

Otro aspecto de la diplomacia pública de China en ALC es la profesionalización de su cuerpo diplomático. Los funcionarios chinos están ahora mejor capacitados y tienen más conocimientos sobre sus países anfitriones en comparación con hace apenas una década. Para empezar, casi todos los embajadores chinos en ALC hablan español con fluidez y tienen formación en estudios latinoamericanos. Lo mismo aplica para el embajador en Brasil y su fluidez en portugués. Probablemente uno de los mejores ejemplos de un nombramiento inteligente ha sido el del Embajador Lán Hǔ 蓝虎 en Colombia a principios de este año. Entre 2012 y 2016, el entonces asesor político Lán estuvo basado en la embajada china en Venezuela. Al terminar su gestión en Caracas, regresó a China para trabajar cuatro años en el Departamento de América Latina del Ministerio de Relaciones Exteriores antes de ser asignado a la Embajada de China en Colombia. Las fuertes fricciones entre Caracas y Bogotá tienen más de una década, y Colombia ha sido el país más afectado por el éxodo masivo de venezolanos que busca refugio de la crisis económica y social que atraviesa su país. Beijing necesitaba en Bogotá a alguien de bajo perfil versado en política venezolana que pudiera navegar por el campo minado en el que se han convertido las relaciones colombo-venezolanas. Encontraron a la persona perfecta. El embajador Lán ha demostrado su habilidad diplomática al evitar problemas en Colombia por el tema venezolano, mientras que al mismo tiempo ha fortalecido los lazos entre Bogotá y Beijing.

La diplomacia pública china en ALC en medio de la pandemia pone a la vista la evolución del libro de jugadas diplomáticas de la potencia asiática. Contrario a la opinión popular, este no es un fenómeno exclusivo de la presidencia de Xí Jìnpíng 习近平. Es el resultado de una curva de aprendizaje de dos décadas. No está claro si las nuevas voces del Ministerio de Relaciones Exteriores chino lograrán fortalecer la amistad sino-latinoamericana. Sin embargo, una cosa queda clara: los diplomáticos chinos no se quedarán de brazos cruzados mientras otros “cuentan la historia de China”.