Los “Cables de China”: la mirada de un académico especializado en Xinjiang
“Nunca permita fugas, nunca permita problemas, nunca permita ataques al personal, nunca permita muertes anormales …”
Darren Byler (investigador postdoctoral del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad de Colorado, Boulder) analiza 25 puntos clave del manual de operaciones del gobierno chino para los campos de detención de Xinjiang.
Texto original escrito por Darren Byler.
El pasado 24 de noviembre, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), liderado por Bethany Allen-Ebrahimian, publicó una directiva secreta de 2017 emitida por Zhu Hailun 朱 海仑, jefe de la Comisión de Asuntos Políticos y Legales, el principal ente administrativo de seguridad de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang (ubicada en el extremo noreste de China). Al igual que los documentos internos publicados por el New York Times la semana previa, los “Cables de China” muestran cómo el sistema de “campo de reeducación” está diseñado y orquestado por autoridades del centro del poder político chino.
Los Cables de China corroboran muchos de los detalles proporcionados por ex detenidos. Por ejemplo, los archivos muestran que el uso de la fuerza coercitiva y el castigo es alentado por la administración, y que aquellos en puestos de liderazgo comprenden que hay problemas con alimentos y enfermedades debido al hacinamiento. También muestran que la asignación de trabajos siempre fue un objetivo del sistema de reeducación (ver la columna de septiembre pasado: “How companies profit from forced labor in Xinjiang?”) y que entendieron que su masivo abuso de poder exigía niveles extremos de discreción.
A continuación, destacaré lo que veo como los aspectos clave de los 25 puntos descritos por Zhu en los documentos recuperadas por el ICIJ. El texto completo de la traducción al inglés está en este link, y en este enlace está el original en chino.
1. Sin muertes anormales. El documento comienza con instrucciones para los empleados del campamento con respecto al uso de fuerza letal al interior de lo que se conocen como Centros de Capacitación Vocacional y Educación. Zhu escribe: “Está estrictamente prohibido que la policía entre en la zona estudiantil con armas de fuego”. Este planteamiento indica que las armas son usadas dentro de las instalaciones, pero que no están permitidas dentro de las celdas de los detenidos o más allá de las barreras que separan a los empleados del campo de los detenidos. en instalaciones de entrenamiento.
A continuación, Zhu indica que los trabajadores del campamento “jamás deben permitir fugas, nunca permitir problemas, nunca permitir ataques al personal, nunca permitir muertes anormales”. Esta frase indica que si se producen muertes dentro del centro, deben ser presentadas como muertes por “causas naturales”. También es importante tener en cuenta que solo hay prohibiciones para los detenidos que golpean a empleados del campo, no se mencionan restricciones sobre fuerza utilizada por los trabajadores del campo hacia los detenidos, un tema que reaparece más adelante en el documento.
2. Previniendo escapes. Zhu entrega una gran cantidad de detalles respecto a los mecanismos de lo que claramente es una forma de administración penitenciaria dentro de los Centros de Entrenamiento de Habilidades Vocacionales y Educación. A modo de ejemplo, Zhu señala: “Maneje estrictamente cerraduras y llaves -puertas de los dormitorios, puertas de pasillos y puertas de piso deben estar doblemente cerradas, y deben cerrarse inmediatamente después de ser abiertas y cerradas”. Continúa señalando que los detenidos deben ser estrictamente vigilados y controlado durante “la clase, los períodos de comida, los descansos para ir al baño, la hora de la ducha”- una invasión de la privacidad que ex detenidos señalaron como particularmente traumática.
3. Previniendo “problemas”. Zhu sugiere el comenzar pidiendo a los detenidos que informen el uno sobre el otros para “prevenir que las personas unan fuerzas”. Es importante señalar que Zhu subraya que prevenir problemas significa evitar que los detenidos tengan contacto con “el mundo exterior, aparte de las actividades preestablecidas”. Esto manifiesta que las visitas guiadas a los campamentos que han sido permitidas a periodistas y diplomáticos invitados son muy inusuales. Además, Zhu escribe que no está permitido que los detenidos tengan teléfonos celulares o usen los del personal. Para garantizar esto, el sistema de cámaras de seguridad del campo debe estar “libre de puntos ciegos”, algo que se observa en muchos de los contratos de licitación analizados por Adrian Zenz y otros.
4. Problemas con la construcción de campamentos. Zhu indica que es importante que la construcción de las instalaciones sea resistente a terremotos. Este énfasis quizás refleja los puntos de conversación estándar en las órdenes de construcción del gobierno, posterior al terremoto de Wenzhou (Sichuan) en 2008, pero también podría deberse a que muchas de las instalaciones utilizadas como campamentos están en mal estado, como han señalado numerosos ex detenidos.
5. Amenaza de incendios. Siguiendo aspectos estándar sobre desastres naturales, Zhu destaca la importancia de la prevención de incendios. También es importante destacar que, en general, un aspecto fundamenta de énfasis en la Guerra Popular contra el Terrorismo es controlar el acceso de los Uigures a materiales inflamables, y reportar todos los casos de usos sospechosos de gas o electricidad. Zhu podría haber estado particularmente preocupado del potencial incendiario en el contexto de los campamentos.
6. Hacinamiento en los campamentos. La prevención de epidemias en campamentos con poblaciones superiores las 1.000 personas es un punto de particular énfasis. Zhu apuntó a la potencial propagación de gripe, fiebre tifoidea y tuberculosis, entre otras enfermedades infecciosas. También escribe en detalle sobre la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria. Estas preocupaciones demuestran que Zhu tenía razones para creer que las condiciones de hacinamiento y mala calidad de los alimentos podrían provocar “muertes anormales”, un punto que es confirmado por numerosos testimonios de ex detenidos.
7. Cubrir lagunas en la comunidad en general. La tarea de llevar a cabo estas directivas se extendió fuera del campamento y hacia la comunidad circundante. Todos los puntos de evasión debieron ser bloqueados y seguir estrictamente los planes de respuesta de emergencia.
En la siguiente sección, Zhu describe la implementación y el cumplimiento del plan de estudios de reeducación dentro de los campamentos.
8. La importancia del idioma nacional. Zhu recurre a la implementación del programa educativo en sí. Señala que los “tres estudios” – el “idioma nacional” (国语 guoyu, concepto usado para reemplazar el término 汉语 hanyu, o el idioma de la mayoría étnica Han), las restricciones legales y el desarrollo de habilidades – deben ser el foco central del sistema. El funcionario agrega que “el idioma nacional debe usarse gradualmente en la vida cotidiana para comunicarse”, confirmando que el uso del idioma Uigur sucesivamente se prohibió al interior del campamento. También confirma que gran parte de la instrucción debe realizarse utilizando un “modelo de educación por video”, mostrando lecciones en monitores dentro del campamento.
9. Sin desviaciones del currículum central. También enfatiza que el plan de estudios debe estar centralizado para garantizar que no haya desviaciones en lo que se enseña a los detenidos. También indica que los detenidos con buenas habilidades lingüísticas pueden ser asignados para instruir a otros detenidos, corroborando que los instructores del campamento a menudo tienen formas bastante limitadas de poder y libertad.
10. Supremacía de pruebas estandarizadas. Zhu afirma que las pruebas estandarizadas deberían usarse como la principal herramienta para evaluar el progreso de los detenidos, un punto que probablemente hace que el progreso sea bastante difícil para quienes tienen niveles limitados de alfabetización en uigures y mandarín.
11. El rol de la presión psicológica. La educación ideológica apunta a guiar a los detenidos “lejos de las malas emociones”. Para hacer esto, se les pide a los internos que participen en actividades públicas de “arrepentimiento y confesión” que promuevan la “profunda comprensión” de su anterior comportamiento “ilegal, criminal y peligroso”. Aquí Zhu señala que es aquí debería aplicarse la “educación de corrección psicológica”. Indica que se deben usar formas de humillación pública para provocar remordimiento y fomentar creencias correctas. Este procedimiento confirma numerosos relatos de detenidos y el análisis de académicos como Timothy Grose.
12. La importancia de las prácticas culturales Han y la disciplina industrial. Otro aspecto del sistema de reeducación del campamento es su énfasis en las prácticas culturales Han y la disciplina industrial. Zhu apunta a que los trabajadores del campamento deben “considerar el aprendizaje de los modales como una parte importante de la transformación educativa y el establecimiento de un estricto sistema de gestión educativa de la vida”. Esto incluye un enfoque en las conductas culturales de sociabilidad y cortesía, así como nuevas formas de sumisión, comportamiento, y hábitos. También señala que las personas deben recibir cortes de cabello regulares, lo que explica el por qué muchos hombres y mujeres informan que su cabello fue afeitado. Sin embargo, Zhu no se da cuenta de que las condiciones de hacinamiento y vigilancia, tanto en baños como duchas, se contradicen directamente con su orden previa de enfatizar la higiene personal.
13. Usar a miembros de la familia para disciplinarse mutuamente. Zhu también ordenó a los trabajadores de los campamentos que se concentren en reeducar a los familiares de los detenidos, mediante el establecimiento de un “sistema de puntos bidireccionales”. Este sistema, como se describe en los documentos publicados por el New York Times, establece que la liberación de los prisioneros vaya de la mano al comportamiento de los familiares del detenido en su lugar de residencia. Quejarse por la desaparición de sus seres queridos puede tener un efecto negativo en el progreso de los detenidos.
14. Avance a través del sistema. En otra confirmación de los testimonios de ex detenidos, Zhu señala que debería haber “tres áreas de gestión” dentro de los campamentos, a través de las cuales los detenidos avanzan por el sistema. También confirma que cuando los detenidos abandonan un campamento, su información debe ser ingresada a la Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas, que monitorea el desplazamiento a través de puntos de control biométricos en toda la región.
15. Uso de tecnología e infraestructura para dar forma a la vida de los detenidos. La vida de los prisioneros “debe formularse en detalle”. Deben tener “una posición fija al dormir, una posición fija en la fila, un asiento fijo en el aula y una estación fija durante trabajo de habilidades”. Debido a que los detenidos están fijos en su lugar, siempre pueden ser rastreados y contabilizados. Además, Zhu señala que al estandarizar los procesos de “ir al baño, organizar y limpiar, comer, estudiar, dormir, cerrar la puerta, etc.”, los estudiantes aumentarán su autodisciplina. Es importante destacar que Zhu ordena a los trabajadores del campamento a “aumentar la disciplina y el castigo de las violaciones de comportamiento”. Esta directiva recuerda el primer punto de este documento, en el que Zhu prohíbe a los detenidos golpear a los empleados de la instalación. El mismo estándar no se aplica a los trabajadores del campamento. De hecho, Zhu parece alentar explícitamente el abuso de los detenidos, algo que se ha informado en casi todas las declaraciones anteriores de detenidos.
16. Usar la recompensa y el castigo para forzar la transformación. Zhu ordena a los trabajadores del campo que vinculen el sistema de puntos “directamente con recompensas, castigos y visitas familiares”. Esto, argumenta Zhu, los alentará a que ellos mismos “realmente se transformen”.
La siguiente sección del documento revisa los estándares utilizados para transferir a los detenidos a otras formas de reeducación.
17. Deben permanecer un año. Un aspecto importante de la directiva tiene que ver con lo que Zhu describe como “condiciones para cumplimiento”. Escribe que el cumplimiento debe basarse en la “ligereza” del comportamiento previo al crimen (una permanencia de al menos un año en el campo) al que fueron trasladados al “área general de administración”, en que han completado todos los aspectos de la transformación y que no existen otras circunstancias atenuantes.
18. El papel de los supervisores humanos y el sistema de la Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP, por sus siglas en inglés)” en el proceso de transferencia. Para que se cumplan todos estos criterios, cada detenido debe ser evaluado por un “equipo de evaluación” y la Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas. Si no se descubren nuevos problemas a través de los sistemas de inteligencia humana y de señales, se puede recomendar que el detenido sea transferido a la Oficina de Servicios de Educación y Capacitación de Habilidades Vocacionales a nivel de condado para una evaluación adicional por un grupo líder, que luego puede recomendar la evaluación en la prefectura nivel, donde en consulta con los funcionarios locales en el lugar de registro del hogar del detenido, se determinará dónde deben ser asignados para trabajar.
19. Trabajo coercitivo. Zhu señala que es obligatorio que todos los detenidos sean enviados a entrenamiento de habilidades durante tres a seis meses. Esta capacitación debe basarse en una combinación de las aspiraciones de los detenidos y, lo que es más importante, “las necesidades de la sociedad”. Esta segunda frase es un guiño a la naturaleza coercitiva de la asignación de trabajo para los musulmanes turcos en Xinjiang. Como ha escrito Adrian Zenz, casi todas las formas de trabajo musulmán turco se han vuelto coercitivas. Aunque en algunos casos, los detenidos acogen con beneplácito los mayores niveles de libertad que provienen del trabajo en las fábricas y los salarios mínimos que reciben, en muy pocos casos pueden negarse a trabajar en el lugar que se les asigna.
20. El daño colateral del sistema de reeducación. Zhu ordena a los trabajadores de las prefecturas y los campamentos a nivel de condado que formulen planes de reasentamiento para garantizar el “buen empleo” de los detenidos. Sin embargo, señala que se debe brindar asistencia a aquellos “que no tienen la capacidad de trabajar y tienen dificultades en la vida”. No está del todo claro a quién se refiere aquí, pero probablemente incluye a los ancianos, enfermos, y aquellos que han sido dañados mental y físicamente por el sistema de campamentos.
21. Un mínimo de un año de vigilancia de los detenidos transferidos. Es importante hacer un seguimiento del progreso de los detenidos a medida que son transferidos a otras partes del sistema de reeducación. Zhu escribe que las estaciones de policía y las oficinas judiciales no deben permitir que los detenidos abandonen su “línea de visión durante un año”, y su desempeño debe evaluarse de manera oportuna. “Ni una sola persona debería filtrarse”.
La sección final del documento describe el papel de la estructura organizativa en el sistema de campamento.
22. El sistema de reeducación incluye a todos los departamentos gubernamentales. El sistema debe incluir la cooperación de “los departamentos de seguridad pública, judicial, educación, salud, etc. como una fuerza común”.
23. Requiere lealtad total. Para lograr esto, Zhu sugiere: “Haremos los arreglos para tener los líderes más fuertes, los cuadros más fuertes y las fuerzas de seguridad más fuertes en el centro de entrenamiento”. Por más fuerte se refiere a aquellos que son “políticamente fuertes, valientes en acción, comprometidos y dedicados, y tienen un excelente estilo de trabajo. “Aquellos que sean de menor calidad serán reemplazados.
24. Requiere que se aborden los problemas con la comida y la construcción. Estas formas de calidad humana permitirán a los trabajadores del campamento “implementar estrictamente los estándares para las comidas de los estudiantes, acelerar la construcción y renovación de los sitios”, lo que sugiere nuevamente que tenía dudas sobre la distribución de alimentos y la calidad de las instalaciones.
25. Requiere secretismo total. El último punto incluido en el documento es la necesidad de un “secreto estricto”. Zhu escribe inequívocamente que el trabajo de los campamentos es “altamente sensible”. Continúa, señala, “Es necesario fortalecer la conciencia del personal de mantenerse en secreto, serio disciplina política y disciplina secreta. Está estrictamente prohibido llevar equipos de video y video tales como teléfonos móviles y cámaras a las áreas de enseñanza y administración y subir imágenes a Internet a voluntad. Los datos importantes relevantes no deben agregarse, no difundirse y no estar abiertos al exterior”.
Al leer este documento, queda claro que Zhu Hailun pensó profundamente sobre cómo “reunir a los que necesitaban ser detenidos”, como había ordenado Chen Quanguo 陈全国. La manera insensible con la que autorizó la disciplina y el castigo de los detenidos puede leerse como una manifestación directa de la directiva de Xi Jinping de mostrar “absolutamente ninguna piedad”.
Hay algo inusualmente cruel en Zhu Hailun. A diferencia de Xi Jinping o Chen Quanguo, creció rodeado de uigures y aprendió a hablar uigur como un nativo. Según las entrevistas que he realizado con muchas personas Han de Xinjiang durante los años que viví en Xinjiang, habría asumido que sentiría cierta simpatía por las personas de su comunidad de origen. Por lo general, aquellos que se identifican como nativos de Xinjiang ven las actitudes de los uigures como un producto, al menos en parte, de las formas de despojo y violencia estatal que les ha enfrentado en las últimas décadas. Zhu parece no ver nada de eso. En cambio, está utilizando su conocimiento íntimo de la sociedad uigur para infligir el mayor daño posible a sus últimas instituciones restantes. Está utilizando a los miembros de la familia unos contra otros, ordenando la criminalización del idioma uigur, violando la privacidad individual al dirigir la vigilancia de ir al baño y bañarse, y autorizando traumas psicológicos y físicos contra los detenidos para obligarlos a “comprender profundamente” que practicar el Islam es un “crimen peligroso”.