Mexicanos, epidemias y la extraordinaria hipocresía de la Agencia de Noticias Xinhua
El pasado 7 de febrero, la agencia estatal de noticias Xinhua, la plataforma de propaganda más importante del gobierno chino, publicó un comentario titulado “El racismo es peor enemigo que la epidemia”. Así es como empieza:
Mientras el pueblo de China lucha por la victoria en la batalla contra el estallido del nuevo coronavirus, ciertos medios de comunicación y funcionarios occidentales están generando una cacofonía de prejuicios, rumores, discriminación y racismo…
Dichos titulares usados como carnadas pueden atraer más atención, pero han traicionado la ética periodística y han manchado el verdadero significado de la “libertad de expresión”. La crisis del brote epidémico terminará, pero la discriminación racial es una enfermedad más difícil de erradicar.
Algunos políticos occidentales también han hecho comentarios racistas que son más peligrosos que el virus, llamando a sus ciudadanos a que abandonen China lo antes posible, sembrando el miedo y el pánico por medio de rumores de que en pocas semanas podría no haber vuelos comerciales que los trasladen a otros países debido a posibles restricciones de viaje.
En lugar de ofrecer solidaridad y apoyo, estos políticos han optado por difundir el miedo y el pánico entre las personas para conseguir ganancias personales. Combatir el nuevo coronavirus es más que una batalla contra la enfermedad. Es una prueba de moralidad que estos políticos reprobaron.
Que Xinhua incluso utilice la frase “libertad de expresión” el día posterior a la muerte del médico que informó (y luego fue reprendido por las autoridades locales) es mortificante. Pero mayor es la hipocresía que recuerdan claramente los ciudadanos mexicanos que en 2009 estaban en China durante el brote de la influenza H1N1, también conocida como gripe porcina.
A fines de abril de 2009 la Organización Mundial de la Salud (OMS) había anunciado la aparición de una nueva influenza bautizada como H1N1. El brote comenzó en México y el suroeste de los Estados Unidos de América, pero en junio la OMS declaró que el brote se había convertido en una pandemia, lo que constituía un riesgo para la salud mundial. Sin embargo, la reacción de Beijing a la amenaza fue apuntar sólo a un país: México.
Uno de los mexicanos presentes en China era Jorge Guajardo, quien sirvió como embajador en Beijing entre 2007 y 2013. Durante sus funciones diplomáticas, pudo compartir varios líderes chinos activos y retirados, además de acompañar al vicepresidente Xi Jinping 习近平 a México, en la que fue su primera gira internacional como sucesor designado del entonces máximo líder chino, Hu Jintao. Guajardo ya no es funcionario del gobierno mexicano, actualmente es director senior de la firma de consultorías estratégicas McLarty Associates en Washington, D.C., y por ello puede expresar libremente su opinión sobre sus experiencias en China.
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¿Cuándo comenzó China a poner en cuarentena a los mexicanos y a suspender las conexiones de transporte?
La cuarentena de ciudadanos mexicanos comenzó la primera semana de mayo, (de 2009), después que un vuelo proveniente de México aterrizó en Shanghái y uno de sus pasajeros, que había hecho un transbordo en Hong Kong, se sintió enfermo y dio positivo por H1N1. Inmediatamente después, China comenzó a detener a todos los pasajeros de ese vuelo y ponerlos en cuarentena.
Recibimos informes de familias que fueron despertadas en sus hoteles a las 4 a.m., pidiéndoles que por favor acudieran a un hospital para se rápidamente examinados, y luego podrían regresar a su hotel. Una vez en el hospital, a pesar de obtener resultados negativos, fueron mantenidos en cuarentena en contra de su voluntad.
Esa misma semana, China anunció que suspendería el único vuelo directo a México. Los consulados chinos en México cerraron por “mantenimiento” y China dejó de emitir visas a ciudadanos mexicanos en todo el mundo. Al mismo tiempo, cada mexicano registrado en un hotel en China, hubiese estado o no en ese vuelo, fue puesto en cuarentena.
¿Cómo se comunicó el gobierno chino con usted como embajador en ese momento? ¿Le explicaron lo que planeaban hacer?
China nunca nos comunicó oficialmente a nosotros, o a nuestra capital, lo que estaba haciendo. Cuando comenzó a detener a mexicanos traté de hablar con las autoridades municipales de Beijing y el Ministerio de Relaciones Exteriores. Inicialmente reconocieron que no sabían lo que estaba sucediendo y se ofrecieron a averiguarlo. Nunca recibimos una respuesta de ellos. Simplemente dejaron de responder a nuestras llamadas.
La situación era tensa, ya que teníamos cerca de 200 ciudadanos detenidos en China, algunos en buenas condiciones (Guangzhou), unos en malas (Beijing) y otros en pésimas condiciones (ciudades de menor tamaño). Los mexicanos tenían miedo, sin saber que ocurriría, y estaban llamando a la embajada y a los consulados para pedir ayuda. No pudimos ofrecer ninguna respuesta, ya que tampoco recibimos explicaciones de las autoridades chinas.
Intenté visitar a los mexicanos que estaban en cuarentena en Beijing, pero no me permitieron verlos por razones de “de salud o sanitarias”. Me ofrecía a usar equipo protector, pero aún así no me dejaron entrar. Mientras, recibíamos informes de quienes estaban adentro de que las autoridades municipales caminaban y hablaban con los mexicanos sin ningún equipo de protección. Ninguno. Todo fue un show.
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¿Qué más le hicieron a los mexicanos en China?
China dejó de emitir visas a ciudadanos mexicanos, y los que se encontraban en China fueron puestos en cuarentena simplemente por su pasaporte, sin importar de dónde venían o si habían estado recientemente en México.
El cónsul general mexicano en Guangzhou aterrizó en un vuelo desde Camboya. Al tocar tierra, el capitán preguntó si había mexicanos abordo y les pidió que se identificaran. Cuando él lo hizo, el avión se detuvo antes de llegar a la puerta, trajeron escaleras portátiles y lo sacaron del avión. Sólo después de identificarse como diplomático se le permitió irse. No había estado en México en más de tres meses. Ellos no preguntaron y tampoco les importó.
Otro mexicano que vivía y trabajaba en EE.UU., que tampoco había estado en México por un par de meses, aterrizó en Beijing y fue puesto en cuarentena debido a su pasaporte. Todos los demás mexicanos que llegaron a China fueron puestos en cuarentena. Esto duró hasta julio.
¿Trataron a las personas que habían visitado México de manera similar, o fue solo una campaña dirigida a personas con pasaportes mexicanos?
El primer caso de H1N1 que llegó a China fue un ciudadano estadounidense de St. Louis, Missouri. El segundo y el tercero también eran ciudadanos estadounidenses. Jamas un mexicano dio positivo por H1N1 en China. No se impusieron prohibiciones de viaje a ningún otro país o nacionalidad a excepción de México. Solo estaba dirigido a México.
El gobierno chino envió un avión para evacuar a los ciudadanos chinos en México. México envió un avión para evacuar a los mexicanos en China. China no permitiría que el avión mexicano aterrizara en su país. Fue solo después de que México amenazó con negar los derechos de aterrizaje del avión chino, que ya estaba en el aire, que cedieron a nuestra solicitud, pero con la condición de que la tripulación mexicana no descendiera de la aeronave. El avión tuvo que volar con dos tripulaciones completas, para que una relevara a la otra, sin necesidad de descender en una ruta de Ciudad de México, a Beijing, a Shanghái, a Guangzhou, a Hong Kong, y a Ciudad de México.
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¿Alguna vez el gobierno chino le explicó sus decisiones una vez que la pandemia fue declarada bajo control?
El gobierno chino nunca explicó sus acciones, nunca se disculpó. Sin embargo, se quejó cuando el presidente de México lo acusó de manejar mal la crisis del SARS. Hasta el día de hoy, nunca escuché a nadie del gobierno chino reconocer o dar a entender que quizas reaccionaron exageradamente, a pesar de ser el único país del mundo en haber adoptado esas medidas.
Sólo ahora, después de ver cómo reacciona ante otros países que imponen prohibiciones de viaje a China, me doy cuenta de la absoluta falta de conciencia de su parte. No puede comprender que fue mucho más duro con México. Por cierto, México no ha impuesto una prohibición de viajar a China, o a ciudadanos chinos, debido al coronavirus. No hemos cerrado consulados o embajadas. No hemos emitido advertencias de viaje. Estamos tratando a China de la forma en que apreciamos que otros países nos trataran durante la gripe H1N1, y de la forma en que esperábamos que China lo hubiese hecho.
Texto original escrito por Jeremy Goldkorn / 8 de febrero, 2020.