¿Qué tiene China en mente? Creando un mapa del pensamiento chino actual
¿Cómo podemos entender a China si no sabemos qué dicen sus intelectuales más destacados? Un proyecto de traducciones de David Ownby busca compensar la ausencia de voces chinas en discusiones occidentales sobre el país que nadie puede permitirse ignorar. Escrito por Ian Johnson.
Artículo escrito por Ian Johnson.
La última vez que un país desafió a una superpotencia establecida, fue fácil averiguar qué pensaba el recién llegado. Eso se debe a que Estados Unidos era una nación de habla inglesa, la misma lengua que usaba la nación a la que lentamente superó, el Reino Unido. Ambos países tuvieron contactos frecuentes, leyeron las novelas y poemas del otro, y compartieron muchas de las mismas ideas políticas.
Pero un siglo después, pocos extranjeros pueden acceder al mundo de las ideas que se encuentran en la nueva potencia en ascenso: China. El obstáculo más obvio es el idioma, pero eso plantea la pregunta de por qué se traducen tan pocos pensadores chinos, y por qué en gran parte su mundo intelectual contemporáneo es nebuloso.
Una razón es que muchos países parecen haber llegado a la conclusión de que el entablar un diálogo con China no tiene sentido. Los recientes movimientos políticos estadounidenses, por ejemplo, han llevado a un menor conocimiento sobre lo que sucede en la República Popular: Washington ha restringido los intercambios académicos, cerrado los consulados y ha ayudado a reducir el cuerpo de periodistas estadounidense en China (yo fui uno de los periodistas expulsados). La elección de Joe Biden como presidente de los EE.UU. puede hacer retroceder algunos de esos movimientos, pero es difícil escapar a la conclusión de que muchos han descartado a China como un lugar con el que valga la pena involucrarse.
Una sorprendente diversidad de pensamiento
Desafiar este creciente sino-pesimismo es el objetivo de un tenaz proyecto de traducción titulado “Leyendo el sueño de China” (Reading the China Dream), que cada dos semanas ofrece nuevos ensayos que muestran la diversidad de pensamiento en la China actual. Los ensayos muestran un país donde, quizás sorprendentemente, los escritores continúan traspasando los límites y existen varias escuelas de pensamiento identificables, todas luchando por llamar la atención.
La fuerza impulsora del proyecto es David Ownby, profesor de historia en la Université de Montréal, quien dirige su sitio web y ha traducido la mayor parte de casi 80 ensayos, que representan a más de 45 escritores chinos, los que abarcan una amplia gama de críticos y defensores.
“Es obvio que Xí Jìnpíng 习近平 quiere reprimir la pluralidad, pero no me queda claro que esté teniendo éxito en términos generales o si puede seguir así”, declaró Ownby en una entrevista. “Hay muchos chinos inteligentes y siguen generando muchísimo material”.
Algunos de los artículos más destacados incluyen: un ensayo de 17.000 palabras del historiador Qín Huī 秦晖 de la Universidad de Tsinghua, quien sostiene que la crítica del capitalismo del académico francés Thomas Piketty es una distracción del hecho que China está destruyendo la prosperidad occidental explotando a su propia gente; un artículo de 42.000 palabras de Qin que compara a los campesinos de China con la población negra en la Sudáfrica del Apartheid; un contundente, pero mesurado argumento del académico Yuán Péng 袁 鹏, de que la pandemia actual demuestra la disfuncionalidad de Estados Unidos, tanto como la Primera Guerra Mundial destacó el declive de Gran Bretaña; y una crítica a la reciente y belicosa diplomacia de China.
Otros analizan la relevancia del confucianismo en la actualidad, los peligros del software de reconocimiento facial, así como una crítica y una apología del movimiento Black Lives Matter.
Durante las recientes elecciones, algunos de estos pensadores sorprendieron a los liberales estadounidenses al argumentar que el presidente Donald Trump sería un mejor líder. Esta aparente paradoja -de liberales chinos coincidiendo con la posición de estadounidenses conservadores- también se vio reflejado en el sitio web de Ownby.
Los pensadores se dividen en categorías según un esquema popularizado por el pensador Róng Jiàn 荣 剑: liberales clásicos (que quieren un sistema político más abierto), marxistas (que defienden algo parecido al status quo) y tradicionalistas (que miran hacia el pasado, especialmente el confucianismo, en busca de respuestas).
El concepto inicial fue editar un libro con algunos de estos ensayos, el cual fue publicadoen 2019, titulado “Voces del siglo chino: debate intelectual público de China contemporánea“. Éste fue editado por Ownby junto a otros dos historiadores en Canadá, al igual que otro libro escrito por uno de sus autores favoritos, Xú Jìlín 许纪霖, a quien describe como un “David Brooks chino”.
En 2018, Ownby lanzó el sitio web y comenzó a publicar las obras. Desde entonces los otros dos académicos se han dedicado a otros proyectos, pero Ownby ha continuado traduciendo y publicando textos de forma gratuita, pues siente que esa forma llega a más lectores.
A medida que el proyecto creció, Ownby agregó una cuarta categoría general: “otros“. Esta incluye al periodista Yuán Líng 袁 凌, cuyo libro más reciente describe la difícil situación de niños dejados atrás por los éxitos económicos de China, como la historia que Ownby tradujo en 2019 sobre una familia de un barrio pobre de Beijing.
Reflejando el actual clima represivo de las casas editoriales chinas, Ownby ha recurrido a las redes sociales para encontrar voces críticas. Algunas que fueron inicialmente publicadas como críticos de la cultura dominante, como la ex profesora de la Escuela del Partido Comunista Cài Xiá 蔡 霞, han sido marginadas.
En una entrevista por correo electrónico, Cai declaró que el trabajo de Ownby ayuda a los extranjeros a ver la gama del pensamiento chino, incluidos de aquellos a los que se opone.
“China se encuentra en medio de una enorme transformación civilizacional que está sacudiendo violentamente al mundo”, me señaló Cai por escrito. “En este proceso, varias ideologías naturalmente competirán… [pero] solo se permite que hable una voz”.
Eso ha empujado a críticos y críticas fuera de la industria editorial. Una de ellas es la socióloga de la Universidad de Tsinghua, Guō Yúhuá 郭于华, la que ha sido expulsada de la mayoría de las redes sociales chinas debido a sus duras quejas sobre la represión en curso. Sin embargo, se las ha arreglado para seguir escribiendo comentarios más breves, pero fulminantes, sobre el partido y su estrategia de desarrollo.
En un intercambio por correo electrónico, Guo me comentó que la decisión de Ownby de incluir a parte de sus oponentes ideológicos es importante. “China tiene un sesgo hacia el pensamiento de ultra izquierda”, escribió, “que es útil para que los extranjeros comprendan la realidad social de China”.
El proyecto de traducción de Ownby ayuda a enmendar un desequilibrio en el pensamiento intelectual, dijo el profesor Sechin Yeong-Shyang Chien (錢永祥 Qián Yǒngxiáng) de la Academia Sinica de Taiwán y editor en jefe de la revista académica Reflexión, que a menudo publica pensadores chinos.
Chien afirmó que este tipo de entrevistas ayudarán a equilibrar el flujo casi unidireccional del pensamiento intelectual de occidente hacia China.
En las últimas semanas, Ownby ha incorporado a nuevos colaboradores para ampliar la mirada y el alcance de su plataforma web. Para tener una mejor noción sobre temas de generaciones jóvenes, se asoció con Matthew Dean y Freya Ge para traducir artículos de Gān Yáng y Xu Jilin. Y para llegar al público hispanohablante, Cristina Reigadas y Nicolás Cornejo han traducido ensayos de Jiàng Shìgōng 强世功, Jié Dàlěi 节大磊 y Yán Xuétōng 阎学通.
Una de las razones de la falta de traducciones de pensadores chinos es debido al sesgo institucional en la academia occidental, afirmó Ownby, en relación a que “la traducción” tiene un menor peso a la hora de alcanzar la titularidad (tenure), que generalmente se otorga a trabajos enfocados en teoría y análisis. A los 62 años, y desde hace tiempo profesor titular, Ownby afirma estar libre de esas presiones.
Pero el profesor Chien de Taiwán señaló que otra razón de la falta de traducción es que el mundo considera a China un monolito totalitario. “Esto no ayuda a la interacción positiva entre los intelectuales de ambos lados”, dijo Chien. “Y la percepción unidimensional se desbordará y afectará a la opinión pública en occidente”.
Ownby que espera que su trabajo demuestre que interactuar con China vale la pena. “China merece muchas críticas, pero allí hay otras voces que no escuchamos”, dijo. “He fijado esto como mi misión para que esas voces sean escuchadas”.
es un escritor ganador del premio Pulitzer. Entre 1997 y 2001 fue corresponsal en China para The Wall Street Journal. Regresó más tarde entre 2009 y 2020, escribiendo para The New York Times y The New York Review of Books. Ha escrito varios libros sobre la RPCh, y en la actualidad prepara uno sobre la historia no oficial de China.