Entendiendo la Relación Venezuela – China: 2ª Parte
En el discurso inaugural de la primera reunión ministerial del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe, formado en Venezuela en 2011, y que no incluye ni a Estado Unidos ni a Canadá), celebrado en Beijing en 2015, el presidente chino Xi Jinping 习近平 señaló que el propósito de China en América Latina era incrementar el intercambio comercial con el región hasta los US$ 500.000 millones en los próximos 10 años, y elevar la inversión directa de China a US$ 250.000 millones.
Tres años después, en el segundo Foro China-CELAC en Chile, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi 王毅 subrayó la declaración de Xi, calificando a los países latinoamericanos como una “extensión natural” de la iniciativa de la Franja y la Ruta.
Las inversiones de China no siempre estuvieron ligadas a la Franja y la Ruta, el gigantesco proyecto político-económico que Xi Jinping propuso en septiembre de 2013, y que ahora cuenta con más de 70 países miembros, pero en la actualidad lo son en su gran mayoría. A su vez, China ha prometido “condiciones de igualdad”, aun cuando Beijing aún no ha realizado importantes inversiones directas en Venezuela.
En septiembre de 2018, el presidente venezolano Nicolás Maduro viajó a China para la 16ª reunión de la comisión de alto nivel China-Venezuela, en la que Wang Yi le prometió que China fortalecería la cooperación y las relaciones bilaterales con Venezuela a través de la Franja y la Ruta. Lamentablemente detalles sobre dichos acuerdos y las cifras involucradas siguen siendo escasos.
Aunque Venezuela ha hecho declaraciones políticas en apoyo a la Franja y la Ruta, aún no ha firmado ningún contrato de inversión directa, sólo “acuerdos de inversión” más generales, a diferencia de otros países latinoamericanos, incluidos Panamá (el primero en firmar), Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda, Bolivia y Guyana. No obstante, los préstamos chinos en América Latina han privilegiado en particular a Venezuela. El Banco de Desarrollo de China ha prestado US$ 150.000 millones en los últimos 12 años a América Latina y el Caribe, de los cuales al menos un tercio se dirigió a Venezuela.
En cuanto a la inversión directa de Beijing en la región, la cifra está cerca de alcanzar los US$ 250.000 millones, meta mencionada por Xi en el primer Foro China-CELAC en 2015.
Un país minero en la ruta estratégica de China
En 2012, China firmó un acuerdo con Caracas para desarrollar el mapa minero de Venezuela. El presidente del Grupo CITIC, Chang Zhenming 常振明, fue recibido directamente por el entonces presidente Hugo Chávez. Pero investigaciones periodísticas y detalles de este acuerdo, que contenía información sensible y reservada, incluyendo un mapa de Venezuela con los puntos más ricos de su territorio, desaparecieron de los archivos de muchos medios de comunicación venezolanos.
Un informe, que sobrevive sólo como un caché web, detalla un equipo de 352 ingenieros chinos que fueron descritos como los “jefes indiscutibles” de 425 geólogos, técnicos y trabajadores venezolanos en 27 campamentos repartidos por 12 estados diferentes. CITIC dividió el país en seis partes para realizar prospecciones geofísicas aéreas, estudios geoquímicos, investigación y evaluación de recursos minerales (con énfasis en Guayana y los Andes), y exploración y cálculo de reservas de hierro, oro y bauxita (en Bolívar) , fosfato (Táchira, Mérida y Falcón) y cobre (Táchira). La investigación a nivel nacional estimó que el “área total de trabajo [del contrato] es de 916.700 kilómetros cuadrados”.
En 2016, China llegó a un acuerdo con Venezuela para la extracción de coltán, el llamado “oro azul”, que se utiliza para desarrollar materiales electrónicos que van desde teléfonos inteligentes a equipos médicos especializados. Las reservas minerales capturadas por China a través de estos acuerdos valían al menos US$ 100.000 millones, según el valor de las reservas en 2010, y que no incluye descubrimientos posteriores.
Al año siguiente, el 21 de julio Venezuela y China firmaron un acuerdo por un valor de US$ 580 millones para otras actividades mineras. De ellos, US$ 400 millones fueron destinados a una alianza estratégica con tres grandes empresas chinas para el desarrollo y promoción del Arco Minero del Orinoco, junto con la actualización del mapa minero venezolano.
Concebido por Chávez y convertido en un proyecto emblemático del actual presidente Maduro, los acuerdos del proyecto Arco Minero del Orinoco han sido extendidos. Es un área de al menos 111.800 kilómetros cuadrados, equivalente al 12,2% de todo el territorio venezolano, y rica en minerales estratégicos como hierro, oro, bauxita, diamantes, cobre, carbón, cuarzo, titanio, estaño, níquel y coltán, entre otros. Las reservas de oro en Venezuela representan un valor comercial de más de US$ 200.000 millones, mientras que sus reservas de hierro tienen un valor estimado de más de US$ 180.000 millones.
Pero hay otro material en el territorio venezolano potencialmente valioso: el torio (thorium), el cual podría convertirse en un combustible nuclear ecológico. El profesor Eduardo Greaves, experto en física nuclear y profesor de la Universidad Simón Bolívar, señaló que Venezuela tiene “un enorme depósito” de torio en el Cerro Impacto, en el estado sureño de Amazonas, que forma parte del Arco Minero del Orinoco, del cual China sabe todo, luego de dirigir el desarrollo del mapa geológico y minero del país. Greaves dijo que estas reservas podrían usarse en reactores nucleares de torio durante al menos 300 años.
China e India fueron los primeros países en tener un reactor de torio, mientras que Beijing planea usar ese reactor para construir una planta piloto de torio en 2020, con la esperanza de reemplazar la energía a carbón por energía nuclear.
En 2016, China proyectaba construir al menos 30 reactores nucleares en los próximos 15 años en países que forman parte de la Franja y la Ruta. A fines de octubre de 2019, China contaba con 47 reactores nucleares en uso y dos en construcción, de acuerdo a datos de Reuters.
En septiembre de 2018, durante una visita a Beijing, Maduro señaló que China financiaría el crecimiento de la producción de petróleo en el país, pero no mencionó los contratos en el área minera. “Hay compromisos financieros para el crecimiento de la producción de petróleo, el crecimiento de la producción de oro y la inversión en más de 500 proyectos de desarrollo en Venezuela”, declaró el mandatario venezolano en la capital china.
En tanto, el gobierno chino ha estado presionando a la administración de Maduro para que mantenga el flujo de pagos del petróleo. El mandatario venezolano prometió el 19 de octubre de 2018 que aumentaría las exportaciones de petróleo a Beijing y Moscú para alcanzar un millón de barriles diarios, “llueva o truene”. Sin embargo, una fuente de la compañía petrolera estatal venezolana dijo a un periódico local que “los acuerdos originales disponen enviar 600.000 y 300.000 barriles al día de petróleo a Moscú y Beijing, respectivamente, pero actualmente los despachos llegan a 300.000 y 150.000 barriles. Esto pone a prueba la paciencia de los acreedores y presionan a PDVSA para que cumpla sus compromisos a tiempo y en las cantidades convenidas”. Y aunque desde entonces el flujo de pagos ha disminuido, esto no ha debilitado la relación entre China y Venezuela.
Texto original escrito por Jesús Hermoso y María Victoria Fermín / 14 de enero de 2019.