Accidentes ralentizan lanzamientos de satélites en China, pero vuelos tripulados siguen en orden
- El fallido lanzamiento del cohete espacial Larga Marcha 3B de grandes módulos de carga probablemente tendrá efectos colaterales, pero los cohetes para llevar tripulación al espacio funcionan sin problemas.
El objetivo declarado de China de realizar más de 40 lanzamientos espaciales orbitales durante 2020 parece haber sufrido un gran revés con el accidente del cohete modelo 3B del país el pasado 9 de abril, aunque el programa espacial tripulado del país podría continuar sin inconvenientes.
El lanzamiento en abril de un satélite indonesio desde Xichang, en la provincia china de Sichuan, no logró alcanzar la órbita planeada. El cohete Larga Marcha 3B y su carga registraron un dramático reingreso sobre el territorio de la isla estadounidense de Guam. El fallo también implicaría un revés a los planes de numerosos lanzamiento agendados para 2020 en China. Esto ocurrió sólo un mes después del primer lanzamiento fallido del Larga Marcha 7A, un cohete que podría convertirse en el principal vehículo de Beijing para colocar en órbita grandes satélites de comunicaciones.
El fallo de la misión del 9 de abril afectaría el programa espacial de China de varias maneras. El cohete Larga Marcha 3B es hoy el principal vehículo chino para el lanzamiento de satélites de comunicaciones y navegación, y hasta el momento demostraba una alta confiabilidad. Posterior a un desastroso lanzamiento ocurrido en 1996, en sus posteriores 65 lanzamientos sólo sufrió dos fallas parciales (con satélites insertados en órbitas inferiores a lo planeado).
Sin embargo, hasta que el problema que de su tercera etapa sea absolutamente identificado y resuelto, el modelo se quedará en tierra. Es probable que este proceso demore meses o incluso más tiempo, lo que significa que uno de los más de 40 lanzamientos planeados para 2020 podrían suspenderse. Otros vehículos de lanzamiento de China, necesarios para transportar satélites de comunicaciones, carecen de las etapas y la capacidad de carga útil para lanzamientos a órbitas geoestacionarias. Los grandes cohetes de nueva generación del país tampoco son adecuados, ya que el Larga Marcha 7A también está paralizado bajo investigación, y Larga Marcha 5 es demasiado grande en términos de capacidad de carga para ser económicamente viable en lanzamiento de satélites.
La paralización de la serie 3B también significa un retraso en la finalización del sistema de navegación y posicionamiento geográfico Beidou -la respuesta de China al GPS estadounidense. China ya tenía planeado lanzar su 35º satélite activo para el sistema en mayo de este año. Sin embargo, la mayoría de la infraestructura espacial de Beidou ya está implementada, por lo que sus consecuencias podrían no ser graves.
La falla también tendrá impactos comerciales. China Great Wall Industry Corporation, una subsidiaria de la principal firma contratista espacial china, China Aerospace Science and Technology Corporation (CASC), firmó en 2017 un acuerdo para colocar en órbita el Palapa-N1, un joint venture de Indonesia. El satélite probablemente deba ser reemplazado luego del correspondiente reclamo del seguro. Esto podría terminar en que los servicios de lanzamiento chinos aumenten las primas de sus seguros.
Como parte de los esfuerzos diplomáticos de Beijing, CASC viaja con delegaciones chinas alrededor del mundo ofreciendo a países acuerdos con soluciones satelitales integrales (lanzamiento, desarrollo de satélites, soporte de estaciones terrestres y capacitación). China ha fabricado y lanzado satélites para varios países asiáticos, africanos y sudamericanos y, aunque fallas puntuales son parte inevitable del negocio espacial, China deberá continuar demostrando una confiabilidad general.
Misiones tripuladas continuarán
China reanudó sus lanzamientos el pasado 5 de mayo pasado con el primer Larga Marcha 5B desde Wenchang, en la isla de Hainan. La misión fue un vuelo de prueba para demostrar la capacidad del cohete en el transporte de misiones tripuladas (en módulos de 20 toneladas métricas) a una órbita terrestre baja. El lanzador fue diseñado específicamente para la Estación Espacial China, un proyecto iniciado en 1992 . El exitoso lanzamiento del Larga Marcha 5B significa que un prototipo de nave espacial de nueva generación ya se encuentra en órbita para testear viajes tripulados al espacio profundo y las capacidades de reingreso de alta velocidad.
Aunque los recientes accidentes ralentizarán el programa de lanzamiento de satélites de China, las principales misiones no tripuladas a Marte y la Luna aún están programadas para fines de 2020, y podemos esperar más novedades sobre vuelos espaciales tripulados de China el próximo año.
Artículo original escrito por Andrew Jones / 7 de mayo, 2020.